Todas las instalaciones para su óptimo rendimiento y vida útil se recomienda y oferta un mantenimiento que puede ser MENSUAL, TRIMESTRAL, SEMESTRAL O ANUAL asociado.

Estos pueden ser de distintos tipos:

  • Mantenimiento de averías: se lleva a cabo sobre los equipos que fallan y dejan de funcionar.
  • Mantenimiento preventivo: así es como se denomina a todas esas tareas que llevan a cabo, sobre una base mensual, para garantizar que los equipos que componen la instalación se hallan en buen estado. Las actividades comprendidas en esta labor van desde la limpieza a la inspección. El conjunto de tareas busca prevenir el deterioro de los componentes y prolongar su vida útil. La salud de una instalación puede optimizarse en base a dos tipos de mantenimiento preventivo:
  • Mantenimiento periódico: que consiste en inspeccionar, reparar y limpiar de forma periódica todas las partes de la instalación y reemplazar las piezas que así lo requieran. Esta forma de mantenimiento se planifica a largo plazo y logra evitar un elevado porcentaje de fallos y problemas en los procesos.
  • Mantenimiento predictivo: en base a la recogida de fallos o logs, se puede predecir la vida útil de cada elemento que forma la instalación. A la vista de esta información se puede maximizar su aprovechamiento, analizando el deterioro y la evolución del estado de los distintos componentes. El diagnóstico automatizado mejora la eficiencia en la gestión de la instalación.
  • Mantenimiento correctivo: se trata de mejorar todas las partes que componen la instalación. Cuando se busca la optimización de cada equipo y de sus componentes, la fiabilidad del mantenimiento preventivo se ve impulsada y los resultados que se logran mejoran.